Silencio, completo silencio.
Escucha ruidos, un susurro.
Nervios, dudas, miedo, paranoia.
Pasos que se acercan, el brillo de la luna lo ilumina.
Se acerca cada vez más. Sus latidos van en aumento.
Simula estar dormida, como si no le fuera a hacer nada sólo porque duerme.
Se acerca cada vez más, ya siente su respiración acelerada.
Entonces abre los ojos, y lo ve.
Él se sonríe, y le dice mientras le tira aerosol en la cara:
- En verano olor.
No tiene sentido lo que dice, a que se refiere, ¿qué quiso decir?, pero no se puede concentrar en eso ahora, porque le arde la cara, le cuesta respirar, quiere gritar, pero ningún sonido sale de su boca.
La desesperación se apodera de ella, y entonces atina a sujetar la mano de su agresor. Él la mira, le sonríe, y luego le suelta la mano. Ella trata de agarrarlo con mas fuerza, pero no puede, su cuerpo no le responde.
Entonces él se dirige hacia la habitación contigua, donde todos duermen en paz infinita.
- ¡NO, BASTA, SALÍ, ¿QUÉ ME HICISTE?, NO, ANDATE, NO VAYAS PARA ALLÁ, DEJALOS TRANQUILOS! ¡NO, NOOO!– Le decía en completo silencio, esperando que él la pudiera escuchar.
Una lágrima cae lentamente por su cara, mientras un mareo la acecha.
Trata de mantener los oídos alerta, los ojos abiertos. No se va a rendir tan fácil.
Su cuerpo se relaja, sus ojos se cierran, sus sentidos se paralizan.
Abre los ojos, despierta.
¿Pesadilla o realidad?
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