Nos destruiran a todos!

martes, 13 de enero de 2009

13.- Fotografía

No había noticias del estado de Gadiel. El doctor que lo atendía respondía a nuestras elaboradas preguntas con simples “No podríamos saberlo” o “Tenemos que ver como evoluciona el paciente”, pero una mañana cuando nos estábamos por ir a desayunar con Reni y Gianni, que se habían quedado conmigo toda la noche, escuchamos mientras nos encaminábamos hacia el ascensor que el doctor pedía hablar con los padres de Gale.

- Sí, somos nosotros- Contestó Abel a un médico que no era el de siempre.
- ¿Pasa algo malo con nuestro hijo doctor?- Preguntó Laura muy asustada
- Bueno, en realidad no es nada grave, lo que pasa es que para estas épocas el banco de sangre no da abasto porque hay mas accidentes que de costumbre, y la gente no dona más tampoco.
- ¿Qué está queriendo decir doctor?- Preguntó Laura esta vez más impaciente.
- Estoy queriendo decir que tenemos que operar al paciente una vez más y antes de pedir al banco de sangre queremos verificar si no hay algún familiar que pueda donar.
- No, lo siento, pero Gadiel es adoptado- Respondió Abel mientras Laura hundía la cara en sus hombros.
- Bueno entonces tendremos que hacer el pedido, pero no se si podremos hacer la cirugía hoy mismo- Concluyó el doctor.
- Yo soy cero negativo doctor, ¿Puedo donar?- Pregunté caminando hacia su encuentro. Laura me miraba con ojos esperanzados, y supe que su cara esta vez no era de desaprobación sino de agradecimiento.
- ¿Es usted familiar del paciente?
- No. Pero Gadiel una vez donó para mí.
- No tiene nada que ver señorita porque los anticuerpos pueden rechazarla igual, pero igualmente podemos intentarlo. Si no funciona le pediremos al banco de sangre- Me contestó el doctor- Sígame por acá por favor.
- Gracias Danita- Me dijo Abel.
- Gracias Dana, de todo corazón te lo digo- Me dijo Laura.
- No es ninguna molestia, es más, es un placer poder ayudar en algo- Les dije mientras seguí al doctor.

Después de esta situación, no hubo más noticias que no supiéramos del estado de Gadiel: estaba sedado y no le iban a retirar los sedantes hasta que no mejorara y estuvieran seguros de que podría despertar.
Poco a poco se fueron yendo algunos amigos y familiares mientras llegaban otros, y así íbamos cambiando rondas. La única persona que todavía no había aparecido por el lugar era Samanta, igual yo tampoco me quejaba porque no lo había hecho. Me quede en todos los turnos excepto una vez que había ido a mi casa a bañarme. También estaba durmiendo ahí, sentada en el banco, o en el piso con el cuerpo contra la pared. Pero Renata se dio cuenta de mi agotamiento y casi me obligó a que me fuera a dormir un rato.

- Dana tenés que dormir. Mirá como estás, necesitas un baño y relajarte, andáte un rato y después volvés.
- No puedo Reni, en serio, me quiero quedar acá a ver si Gale avanza algo, además no vivo cerca como para ir y venir en un rato- Todavía no había podido pasar a visitarlo y mis nervios crecían cada vez más.
- Podes quedarte en la casa de Gale que no queda tan lejos- Comentó Marina que había venido junto con Gastón hacía algún par de horas.
- Si es verdad, además me podés acompañar que Sabri antes de irse me pidió que le trajera a Gale un poco de ropa para cuando se despierte, y su cepillo de dientes- Afirmó Renata.
- No, ¿cómo voy a ir a lo de Gadiel?- Era la primera vez que la escuchaba a Marina decir algo inteligente y justo tenía que ser algo que no me favorecía.
- Vamos, dale, no creo que él se enoje- Dijo Renata.
- Dale Dana, estas destruida, y una ducha caliente te vendría bien.
- No, en serio, no me puedo quedar a dormir en lo de Gale- ¿Por qué le tenía que agarrar el ataque de lucidez a Marina justo en este momento?
- Bueno, no duermas, pero por lo menos ducháte y relajate un poco mientras yo busco lo que me pidió Sabri- Me pidió Reni.
- No, ya me bañe el otro día…
- Dana, sé que no te tengo que dar una clase de higiene personal porque sos una persona muy limpia, pero por mas que este Gale internado necesitas tener un tiempo para tu cuerpo. No vas a perder mucho tiempo bañándote y te va a hacer bien.
- Ok, voy a ir, pero que quede claro que no me voy a quedar a dormir, me ducho rápido y volvemos ¿entendido?
- Entendido- Contestaron mis dos pesadillas al unísono.
- Entonces vayan yendo chicas, yo me quedo porque no lo puedo dejar a Gas acá solo.
- No te preocupes Mari, chau- La saludó Renata.
- Chau, Mari- Saludé yo a mi vez.

Era un poco raro ir a la casa de Gadiel sin él en ella. Pero hubiera sido igualmente raro ir a ella con él adentro.
Apenas llegamos Reni sacó la llave de su cartera y la introdujo en la cerradura, pero no pudo abrirla.

- No, lo que pasa es que cuando la vas a abrir tenés que empujar un poco con el pie y mantener la llave así- Le enseñé a Reni mientras le mostraba cómo había que poner la llave.
- ¿Así?- Preguntó, pero la puerta seguía sin abrirse.
- A ver, dejame a mí- Apenas intenté la puerta cedió y se abrió con un leve chirrido.
- Evidentemente no perdí el don de abrirla- comenté sarcásticamente.
- Sos la única persona que conozco además de Gadiel que es capaz de abrir esta puerta- Me contestó riéndose Reni, mientras entrábamos a la casa- No sé porque no la arregla, así sería mas fácil abrirla para todos.
- Ése es el motivo por el cual no la arregla, él sabe que sólo dos personas saben abrirla sin romperla, y yo por supuesto no voy a robarle ni nada por el estilo.
- En ese punto tenés razón- Bromeó Renata.

Nos dirigimos hacia el baño de la habitación de Gale todavía bromeando sobre el tema.
El baño que estaba en el living comedor no tenía ducha, por lo tanto no podía usarlo.
Dejé el bolso en la cama y fui a abrir la llave de la ducha. Mientras Reni secuestraba el cepillo de dientes de Gadiel y se ponía a revolver entre boxers.

Mientras se calentaba un poco el baño me dediqué a inspeccionar un poco la habitación, ya que Renata estaba ocupada con la ropa interior.
Gale tenía un televisor nuevo, muy lindo, y de más pulgadas que el anterior. Lo demás estaba exactamente igual que como lo recordaba. La cama sin hacer, como siempre, el despertador casi destruido de tantas veces que lo había tirado contra la pared, y hasta conservaba todavía el portarretratos sobre su mesita de noche. Y lo más extraño era que en el portarretratos la foto seguía siendo la misma: Gale y yo abrazados con el lago Los Reyunos de fondo.
Esa foto nos la habían tomado en nuestras primeras vacaciones juntos en Mendoza, cuando mis tíos y mis primos quedaron encantados con Gadiel, y prácticamente me pidieron que me casara con él.
Cada cosa que veía o escuchaba me indicaba que mi ex novio realmente no se había olvidado de mí; que quizás había una remota posibilidad de que Gale realmente me amara. Si era como decía Nacho, se había dado cuenta después de haberme perdido, y en realidad yo no quería admitirlo por pura terquedad porque sabía muy bien lo que era perder a alguien y darme cuenta de cuánto lo quería después de haberlo perdido.
Mientras trataba de deducir cómo era posible que Samanta nunca se hubiera quejado por ese detalle, yo tenía el portarretratos en la mano, y no dejaba de mirar la fotografía dentro. Cuando levanté la vista me sorprendí al verla a Renata con un bóxer turquesa y otro rojo en la mano, que me miraba intensamente.

- Ustedes tendrían que estar juntos, y lo sabés- Me dijo con el tono de vos que utiliza una madre al retar a su hijo- Gale se podrá haber equivocado, pero yo creo que no podés no perdonarlo y perderlo, date cuenta de que son el uno para el otro, no podes dejar pasar al amor de tu vida Dana.

Estaba perpleja por lo que me había dicho Renata, ya que ella nunca hacía referencia al tema directamente, y nunca me había expresado sus intenciones.

- Andá a ducharte que se esta llenando de demasiado vapor el baño- Terminó luego, como una excusa para finalizar el tema ahí. Se lo agradecí con una mirada y una sonrisa, porque en ese momento no me salían las palabras.

La ducha estaba tan relajante que casi me duermo, pero no podía hacerlo porque tenía que volver al hospital para ver si Gadiel había avanzado algo.

- Bueno Dani, tengo todo ya, cuando quieras vamos- Me dijo Renata cuando salí del baño ya cambiada. De repente su celular comenzó a sonar y ella lo atendió- Si, estamos acá todavía, ¿Por qué?... ¿en serio?- Parecía que la persona que estaba al otro lado del teléfono gritaba emocionada- No, no, está bien ¿Qué?, ah bueno, ahora le digo- Cada cosa que decía me intrigaba más y más- Entonces vamos para allá, gracias Mari- Y cortó la comunicación. Renata se me quedó mirando, y yo estaba esperando que me contara que había pasado, pero no pude aguantar más.
- ¿Qué pasó Reni?
- Gadiel se despertó- Me respondió sonriendo emocionada.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!, ¿Pero no había dicho el doctor que hasta que no hubiera mejorado no le iban a sacar los sedantes?
- Si, pero se los sacaron como una prueba, aunque no tenían muchas esperanzas, y Gadiel los sorprendió despertando.
- Como siempre Gadiel haciendo lo que los demás no harían- Susurré para mí misma.
- Pero eso no es todo- Siguió Renata, con una voz muy particular.
- ¿Hay más?- Pregunté perpleja.
- Lo primero que dijo Gale cuando abrió los ojos fue “Dana”.

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