Esa noche tuve el mismo sueño que había tenido días atrás, pero cuando me desperté fue distinto que la última vez. No sabía si era porque sabía que probablemente iba a volver a ver esa implacable sonrisa, o porque increíblemente ya no me sentía tan vacía.
Me levanté con un humor que no tenía hace mucho tiempo, desayuné y me aliste para ir a trabajar.
Yo realmente esperaba encontrarlo ahí. Lo conocía muy bien y sabía que la única forma que había para que se diera por vencido, era que ganara más de lo que perdía. Pero aún sabiendo que estaría afuera esperándome, cuando lo vi me quede sin palabras. Él me estaba mirando divertido, sentado en el asiento de conductor en su Ford Focus negro, con la ventanilla baja y Black Sabbath a todo volumen.
- ¿No me vas a dejar en paz nunca no?- Dije fingiendo estar molesta después de que hubiera bajado el volumen de la música.
- Vos ya me conoces. Vas a firmar o firmar. Conmigo no hay mas posibilidades de las que te doy- Dijo respondiendo a mi pregunta, con una sonrisa en la boca.
- Ya tenías que empezar a hablar como abogado presuntuoso.
- No puedo esconderme de lo que soy. Pero, en fin, ¿Querés que te lleve o preferís ir en colectivo?
- Haciendo veintitrés grados centígrados, con el colectivo lleno de gente de mal humor que se va a trabajar. Creo que prefiero irme en transporte público.
- Dale, subí- Dijo todavía riéndose.
Mientras subía al auto recordé que eran las diez de la mañana, y que él entraba a trabajar a las 9 generalmente.
- ¿Vos no tendrías que estar trabajando ya?- Pregunté confundida por su aparente calma.
- Decidí que para molestarte mejor me tenía que tomar un día libre.- Respondió presumiendo- Además hace mucho que no me doy un respiro laboral, y ¿Qué mejor que un día libre con una vieja amiga?
- Ah, que bueno, ya pasamos a la etapa de amistad- Terminé cortantemente.
Supongo que fui muy dura con él, porque no habló hasta que bajamos del auto.
- Igual que siempre- Dijo contemplando el local con melancolía.
- ¿Debería haber cambiado porque vos cambiaste? No todos son afectados por tu aura, algún día lo entenderás- No hacía falta agregar que su aura me afectaba más a mi que a cualquier otro.
Era como si no pudiera contenerme, tenía que desquitarme con el que me había reducido a cenizas durante 10 meses y 20 días. Sí, tenía contados con suma exactitud los días que habían pasado desde que me había dicho “No estoy seguro de lo que siento por vos” y me había dejado hecha pedazos en la puerta de mi edificio, después de aquél recital de Gecko. Los tenía contados porque desde ese día que mi vida se había transformado en una película en blanco y negro. Una vida rutinaria que consistía en vivir de la mejor manera posible, o de la única, que era tratar de bloquear todo lo que me hiciera acordar a él.
- Perdón- Yo sabía que no tenía porque decirlo, pero aún con todo el dolor sufrido, me dolía su dolor.
- No, no me pidas perdón. La verdad es que te admiro, yo no podría soportarlo, si yo estuviera en tu lugar, ya estaría perdido por el alcohol, o algo peor.
- Que extremista que sos. Dudo que hubieras hecho algo de ese estilo en mi lugar, sos una persona muy fuerte, no andarías dando lástima por los rincones como yo.
- Soy fuerte sí, eso no te lo niego. Pero cuando una persona se enamora queda perdida para siempre- ¿Estaba alucinando o acababa de decir “enamora”?
Para tapar el silencio que se estaba haciendo cada vez más incómodo, decidí prender la radio.
Realmente yo era una persona sin suerte. Había muchos grupos musicales que podrían haber estado sonando en ese momento, pero justo tenía que estar el que tenía como cantante a mi ex novio recién aparecido que estaba frente a mí, mirándome.
Siempre había odiado esa canción que seguro la había hecho para la rubia oxigenada que ocupaba su cabeza desde hacía mucho tiempo. Pero si cambiaba de estación en ese momento hubiera sido muy evidente, por lo que decidí soportarla un tiempo más.
- ¿Te dije alguna vez que esta canción te la había hecho a vos?- De hecho, me estaba empezando a gustar un poco.
- No, nunca me lo habías dicho, pero yo siempre había supuesto que la habías escrito para la oxi… para Samanta.
- No, ésta la escribí antes de conocerla. Cuando todavía no me había enamorado- Dijo avergonzado como si se estuviera declarando.
- Ah que bueno que te enamoraste, te felicito.
Él se quedo en silencio, pero en ningún momento dejó de contemplarme. Era como si hubiera estado queriendo decirme todo con tan sólo una mirada. Cómo si hubiera estado esperando que yo lo entendiera todo mientras lo miraba a los ojos.
Me levanté con un humor que no tenía hace mucho tiempo, desayuné y me aliste para ir a trabajar.
Yo realmente esperaba encontrarlo ahí. Lo conocía muy bien y sabía que la única forma que había para que se diera por vencido, era que ganara más de lo que perdía. Pero aún sabiendo que estaría afuera esperándome, cuando lo vi me quede sin palabras. Él me estaba mirando divertido, sentado en el asiento de conductor en su Ford Focus negro, con la ventanilla baja y Black Sabbath a todo volumen.
- ¿No me vas a dejar en paz nunca no?- Dije fingiendo estar molesta después de que hubiera bajado el volumen de la música.
- Vos ya me conoces. Vas a firmar o firmar. Conmigo no hay mas posibilidades de las que te doy- Dijo respondiendo a mi pregunta, con una sonrisa en la boca.
- Ya tenías que empezar a hablar como abogado presuntuoso.
- No puedo esconderme de lo que soy. Pero, en fin, ¿Querés que te lleve o preferís ir en colectivo?
- Haciendo veintitrés grados centígrados, con el colectivo lleno de gente de mal humor que se va a trabajar. Creo que prefiero irme en transporte público.
- Dale, subí- Dijo todavía riéndose.
Mientras subía al auto recordé que eran las diez de la mañana, y que él entraba a trabajar a las 9 generalmente.
- ¿Vos no tendrías que estar trabajando ya?- Pregunté confundida por su aparente calma.
- Decidí que para molestarte mejor me tenía que tomar un día libre.- Respondió presumiendo- Además hace mucho que no me doy un respiro laboral, y ¿Qué mejor que un día libre con una vieja amiga?
- Ah, que bueno, ya pasamos a la etapa de amistad- Terminé cortantemente.
Supongo que fui muy dura con él, porque no habló hasta que bajamos del auto.
- Igual que siempre- Dijo contemplando el local con melancolía.
- ¿Debería haber cambiado porque vos cambiaste? No todos son afectados por tu aura, algún día lo entenderás- No hacía falta agregar que su aura me afectaba más a mi que a cualquier otro.
Era como si no pudiera contenerme, tenía que desquitarme con el que me había reducido a cenizas durante 10 meses y 20 días. Sí, tenía contados con suma exactitud los días que habían pasado desde que me había dicho “No estoy seguro de lo que siento por vos” y me había dejado hecha pedazos en la puerta de mi edificio, después de aquél recital de Gecko. Los tenía contados porque desde ese día que mi vida se había transformado en una película en blanco y negro. Una vida rutinaria que consistía en vivir de la mejor manera posible, o de la única, que era tratar de bloquear todo lo que me hiciera acordar a él.
- Perdón- Yo sabía que no tenía porque decirlo, pero aún con todo el dolor sufrido, me dolía su dolor.
- No, no me pidas perdón. La verdad es que te admiro, yo no podría soportarlo, si yo estuviera en tu lugar, ya estaría perdido por el alcohol, o algo peor.
- Que extremista que sos. Dudo que hubieras hecho algo de ese estilo en mi lugar, sos una persona muy fuerte, no andarías dando lástima por los rincones como yo.
- Soy fuerte sí, eso no te lo niego. Pero cuando una persona se enamora queda perdida para siempre- ¿Estaba alucinando o acababa de decir “enamora”?
Para tapar el silencio que se estaba haciendo cada vez más incómodo, decidí prender la radio.
Realmente yo era una persona sin suerte. Había muchos grupos musicales que podrían haber estado sonando en ese momento, pero justo tenía que estar el que tenía como cantante a mi ex novio recién aparecido que estaba frente a mí, mirándome.
Siempre había odiado esa canción que seguro la había hecho para la rubia oxigenada que ocupaba su cabeza desde hacía mucho tiempo. Pero si cambiaba de estación en ese momento hubiera sido muy evidente, por lo que decidí soportarla un tiempo más.
- ¿Te dije alguna vez que esta canción te la había hecho a vos?- De hecho, me estaba empezando a gustar un poco.
- No, nunca me lo habías dicho, pero yo siempre había supuesto que la habías escrito para la oxi… para Samanta.
- No, ésta la escribí antes de conocerla. Cuando todavía no me había enamorado- Dijo avergonzado como si se estuviera declarando.
- Ah que bueno que te enamoraste, te felicito.
Él se quedo en silencio, pero en ningún momento dejó de contemplarme. Era como si hubiera estado queriendo decirme todo con tan sólo una mirada. Cómo si hubiera estado esperando que yo lo entendiera todo mientras lo miraba a los ojos.
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