Nos destruiran a todos!

lunes, 9 de febrero de 2009

DVOVD - Capítulo 2: Por favor, NO ME OLVIDES

Quizás era muy evidente, quizás no, pero tengo otro problema grave: me gusta que me presten atención.
No soy la típica persona que si no es el centro hace todo lo posible por serlo, pero si no me escuchan me pongo mal.
Creo que es un trauma que tengo de chiquita, porque mis compañeras en primaria, como yo era muy tímida y tenia algunos problemas familiares, no era de lo mas sociable, entonces siempre hablaban ellas, y cuando yo quería hablar me interrumpían todo el tiempo, y nunca escuchaban lo que yo decía. Y creo que debido a eso nació una de mis personalidades más fuertes que tengo, que está todo el tiempo diciendo “Acá estoy”.
Lo que trajo el problema de no sentirme escuchada, es el sentimiento de que ni siquiera se dan cuenta de mi existencia (aunque no todo lo invento yo en mi cabeza). Esto se traduce en depresiones, y momentos en los que me siento más sola que un ermitaño. La gente trata de consolarme, pero yo se que son hipócritas (o la gran mayoría), porque hoy te dicen “si me necesitas avísame”, pero cuando estas mal nunca tienen un momento para vos, o sino es típico que te escuchen 5 minutos, y como consideran que su vida es más interesante, buscan cualquier tema para cambiar el rumbo de la conversación, y que siempre desemboque en ellos.
Creo que el peor sentimiento del mundo es el sentirse solo. Y será que lo creo tan malo que es uno de mis mayores miedos. Obviamente cuando hablo del miedo a estar sola no me refiero a estar sola en una habitación, hablo de quedarme sola en el mundo, sin familia, amigos, nada.
Es un error muy común en la gente que confunda los distintos tipos de soledades. Igual tengo que admitir que a veces disfruto mas de estar sola que acompañada. Es que hay gente que me exaspera, y daña mi humor, entonces necesito estar sola para meditar, pensar, y descansar la mente. Hay veces que en medio de una reunión necesito estar sola antes de que me agarre un ataque de pánico, entonces corro al baño, y bajo los decibeles.
Para que se den una idea de la locura que llevo dentro, yo aunque sea una vez por día necesito tener un momento para mi sola, sólo yo y mi cabeza. Sino no respondo a mí misma. Aunque sean diez minutos, los necesito.

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